lunes, 23 de septiembre de 2013

El cuento de Graphicmamma...

Era se una vez (hace cuatro años)...

Andaba yo trabajando en un club de natación fuera de Barcelona de cuyo nombre no quiero acordarme. Subiendo y bajando cada día en la renfe (puntuales a más no poder) durante un
laaaaaaaaaargo año y medio.

Y entonces...

Tuve la visión y la oportunidad de quedarme como ama y señora del negocio familiar de los padres de mi media naranja, una joyería-relojería que este octubre cumplirá 40 años de existencia.
Me iba a ganar mejor la vida, pondría a alguien por las tardes y yo sólo trabajaría por la mañana cuando naciera nuestro churumbel.

I de "repente"...

¡Ooooh! llego la supercrisis. Mira tu por donde, la crisis no terminaba, no terminaba... no termina, esto va fatal, esto va peor, pero aguantamos el negocio, seguimos aguantando y la crisis sigue ahí. Tuvimos nuestro churumbel, yo al mes de parir ya estaba trabajando y sigo trabajando mañanas, tardes y cuando haga falta.

Pasaban y pasan las horas sin tener más que hacer que limpiar el polvo, limpiar cristales, poner pilas, poner correas y morderme las uñas, echando de menos mi verdadera vocación, el diseño.

Me iluminé como un día se iluminó buda. Fuí a Piera y me compré dos blogs de dibujo, una caja de lápices y una caja de rotus y empece a dibujar de nuevo.

Y dibujo a dibujo nació Graphicmamma.

Continuará...

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